domingo, 13 de junio de 2010

Tu Nombre

Perdí tu nombre en un crepúsculo de estío;
Cuando tu corazón era la ternura y la luz.
Perdí las pisadas.

No se puede andar atravesando a latigazos la vida...
Pero yo no lo sabía.

Y el miedo el desamparo la tristeza la soledad
No tuvieron en cuenta mis quince años.

Disparé contra todos los muros que me cercaban,
Mientras se alejaba para siempre la Hiedra.

Hasta que la aurora me descubrió abrazándome
A tu nombre como aquellas olas en el mar junto a la arena.

Todas tus estrellas, tus madrugadas para mí, tus cuentos,
Tus gnomos, duendes, seres del Bosque, tus poemas,
Todas tus canciones, los tangos, las risas en el patio,
Los paseos nocturnos y el helado de limón en aquella plaza,
O la donación que me regalaste ofreciéndome a la lluvia,
Todas tus ventanas iluminadas para mi vida pequeña,
Tus manos como un cuenco donde recalaba la sencillez
Lo perfecto de saber que contigo nunca sucedería nada malo;
Se me perdió un verano triste y entonces tu Nombre se hizo Ausencia.

Y hoy regreso desde edades infinitas a través de la niebla y la bruma,
Acercándome a la edad tuya, casi empezando a vislumbrarla,
Después de la vida entera y mis manos ya cansadas
Con tu Nombre entre los labios; henchido, amoroso, firme:
Padre mío que me donaste todos los nombres que he ido aprendiendo
Llevando el tuyo como una nostalgia que ya no duele.

3 comentarios:

Mercedes Pinto dijo...

Con quince años... Una edad muy complicada para perder a un padre. Lógico que lo lleves contigo con ese dolor, y que a pesar del tiempo puedas escribirle un poema tan bello y vivo.
Precioso Alena.
Un abrazo.

Amando Carabias dijo...

Cuando la nostalgia no duele, o duele de tal manera que se soporta, se convierte en fuente inagotable de recuerdos que calientan el resto del camino.
Muchas gracias por compartir con nosotros algo tan hermoso (y dicho tan hermosamente) y tan íntimo.
Un beso fuerte.

catherine dijo...

Cada uno de nosotros dice Papá a un solo hombre en su vida y nos cuentas, con mucha poesía, todo lo que se esconde en esta palabra, este nombre aún más precioso cuando nuestro padre no está a nuestro lado.
Gracias Alena.