domingo, 28 de agosto de 2011

Manifiesto impublicable.




Qué hartura del tonto, el bien intencionado tonto que no entiende nada.

Ese que se para con el objetivo de señalarte, por si no lo sabes, que has puesto una palabra que no existe, o que escribes sobre la soledad y te dice que  te acompaña en el pensamiento, o que le dices por teléfono que no puedes atenderle y te larga una filosofía de que claro estarás con tus creaciones...no mire usted, me estoy meando, con perdón.

Los tontos cargantes, pelmas, los tontos buenos, los tontos que no puedes decirles vete a la mierda porque "cómo iba a yo a pensar que te molestaría", y siguen sin entender porqué te molesta y es inútil explicarles porque no saben, gugu tata; qué hartura del tontito, sí, de ese que es inofensivo pero que de tan inofensivo todas las chinitas que pone terminan por hacer que te quites el zapato y se lo tires a la cabeza.