jueves, 27 de agosto de 2009

Los Signos Ocultados

Como decir palabras y ocultar la sangre...
signos, ciudades interiores del fracaso,
- ah, impasibilidad externa del rostro-
círculos, rodeos en torno al sigilo.

Pero la sangre permanece
-astrolabio-
he aquí las huellas en el discretísimo huir de la tarde:
abren sus brazos
venas
arterias como incienso
velas encendidas
la victoria es un lujo impensable para la muerte.

Desde el germen esperando
Sin ecos
Sin espalda.
Desnuda.
Latiendo.

Alcuza que recoge el agua aún sin esparcir.

Como un cielo de cipreses verticales que derramará el otoño.

Renacimiento

Para nacer este nuevo nacimiento me quedé desnuda sobre una ausencia larga;
Caminé sobre ella como quien anda la nieve sabiendo que es para siempre nieve;
Como quien sabe que la derrota tiene el interminable rostro del adiós
Como quien conoce la raíz del árbol y ha germinado en semilla discretamente.

Esta llamarada que no quema encendida en la noche como una fuente;
Esperando la llegada del último barco a la playa en eternidad desierta;
Esperando que del bosque el pájaro de fuego extienda sus alas y cante;
Esperando que el mar inunde la luz rompiendo en espuma.

Ahora que de las renuncias nacen dedos, manos, sílabas olvidadas;
Ahora que de los crepúsculos se alzan auroras como trigos verticales;
Ahora que de los silencios inscritos en la piel como siglos se expanden
Afirmaciones, gestos, asentimientos como labios en luna....

Sé que para nacer este nuevo nacimiento me quedé desnuda sobre una ausencia larga.