jueves, 12 de noviembre de 2009

Indigestión


Es fácil decirle a otro “no llores” cuando uno está en la alegría. Lo difícil es sentarse a su lado mientras lo hace.
Sencillamente.

En mi vida, mastiqué todas las inservibles palabras de consuelo, como cristalitos de hielo. Luego me las comí y se me indigestaron, naturalmente.
Sin embargo, guardo manos tendidas como alas de gaviota llegando a puerto.

Excusas.

Le pido excusas a Luís Vea. Hay aquí una sección titulada "píldoras" y no me dí cuenta de que él también tiene ese título.
Rectifico el titulo de la sección, pues él no me ha dicho nada, pero basta conque yo me haya dado cuenta del error.