sábado, 2 de enero de 2010

¿Dónde están las llaves?...

Ahora ya no podía hacer nada, pensó, dando vueltas en la cama. Ni podía hacer nada ni podía arreglar el jaleo en el que se había metido, ni podía convencer a nadie de que actuó de buena fe, ni por supuesto creerían nunca que ella lo odiaba mucho más que todos ellos.
Lo odiaba por rastrero, mezquino, cobarde, manipulador, sí, por todo eso que todos le repetían, pero por mucho más, eso que no podía confesar a los otros; lo odiaba por necesitar que él la humillara y que luego la hiciera ascender al cielo.
No cabe en cabeza normal, pensó. Quizá yo no soy normal, quizá es verdad que soy una neurótica, pues ya ni lo se, qué quieres que te diga, pero yo sí creía que él podría sacarnos del atasco. Cualquiera que me oiga pensará que estoy loca, ¿cómo puede dejarme sin dormir lo que pase en un foro?, carajo, que no es mi vida, ni mi trabajo, ni mi tragedia personal.
Pero él sí lo es, se dijo, sí, él sí lo es desde que cometí la torpeza de darle mi correo, y el número de móvil, y a la vez, cuando le escucho qué alegría, por dios, qué necesidad de sus palabras...el placer de sus insinuaciones, de su melosidad, de su cuerpo...ya se que no está ahí, pero bueno, sí que está, la última vez que saqué la web cam con su voz al otro lado, manché las bragas mientras me repetía puta, zorrita, te voy a lamer de arriba abajo...solo pensarlo estoy otra vez mojada; pero es un cabrón, un cabrón y un malnacido, desde que le conozco ni él ha hecho cosa buena en el foro, bueno sí, poner la música que pone, que me enciende cada vez que lo veo, porque sé que es para mí, ya me lo dijo “cada vez que ponga una canción te estoy jodiendo el coñito”, así dijo, que le llamé bestia y se reía...pero me pide la llave, coño, que no te doy las claves, eso faltaba, que no te quiere nadie, pues por eso, me dijo, tú conmigo y nos reímos de todos estos hijos de puta que se escandalizan de todo, ya verás, nos lo pasaremos pipa, y le dí la llave, claro que se la dí, la llave de acceso y la contraseña de entrada a la página, me dijo el muy mamón “ahora bonita mía, ya somos los reyes del mambo, ya verás...” y cerró conexión. Y claro, pero lo que no podía pensar al día siguiente es que a mí me hubiera quitado, y los mensajes de los que le joden, y que cambiara las fotos, y pusiera las de chispa y toni, manipuladas, en la portada, y le escribí y me dice que ahora te jodes, para que vayas por ahí diciendo que sabes quien soy, y diciendo que vas a contarlo. Voy a joderos a ti y a esa mierda de foro de los putos cabrones niños bien, que se creen alguien, pero jilipollas, que soy informático, ¿quién te crees que os estaba jodiendo antes, para que no pudierais entrar?...solo me faltaba tu llave, calienta pollas, que es lo que eres, con tanta mariconada del voy a hacer, no perdamos la calma, nunik por favor pórtate bien, ¿quien cojones te crees que soy, bonita, un meapilas?...
No me creerían. No me creerían si se lo cuento así, piensan que lo hago para divertirme, para reírme de ellos, pero, si eran mis amigos, cómo me iba a reír de ellos, yo solo le dí la llave porque, bueno porque lo pidió tan así, con esas palabras tan suyas, como caricias; sí, ya lo se, si lo se, que se aprovecha de eso, de saber que estoy sola, de saber que no soy quien digo ser, ¿para qué le diría quién soy, para qué le confesaría el secreto?...pero esa tarde, como me puse a llorar, estuvo tan tierno, tan dulce, tan distinto a como es ahora...claro que era al principio, pero cuando me dijo aquello, mi niña bonita, mi susurro preferido, deja que lo guarde yo contigo, pues...pues sí. ¡Sí, se lo dije, ya está, y ¿qué?!... yo nunca me iba a imaginar que eso lo usaría, tantas veces luego...si no pones esto lo cuento, si no le dices a nina que se está pasando conmigo pongo tu foto de verdad, si no haces, si no dices, si no...Sí, y yo sé quien es, pero, pero ¿cómo lo demuestro yo?...
Encendió la luz de golpe. Había amanecido un día más.
Medio zombie se levantó, se lavó mínimamente la cara y encendió el ordenador.
El primer mensaje de ese día en el foro era de él, de nunik: “¿dónde están las llaves, matarile rile rile...?” leyó antes de echarse a llorar.