domingo, 24 de octubre de 2010

Estampa



He visto al fondo la Sierra mientras avanza el otoño. No queda ni rastro del verano. Sopla el aire. La luz de atardecida torna bronce el horizonte. Rojo el cielo muriéndose en el crepúsculo.
El camino amarillea. Árboles desnudos. Hay, a lo lejos, alguna fogata que indica quema de malas hierbas. Las casas se difuminan. Un silencio de cielo bruñido. Me detengo. Enciendo un cigarrillo. El humo asciende en vertical; el aire se lo lleva. Hace frío.
Cuando regreso, dos luces en la casa vecinera anuncian la noche.