miércoles, 20 de enero de 2010

Algunas veces, cuando te pienso...

Algunas veces cuando te recuerdo imagino tu sonrisa confirmando;
tú que te estás perdiendo ahora el esfuerzo llevado a buen puerto.
Imagino tu clara mirada y tus manos abiertas en asentimiento
los ojos que chispean como titilando en el claror del ya lo decía yo.

Con tanta sencillez –como tú eras- oh, tú, sencilla y clara en la alegría,
lo hablaríamos en voz baja como son las cosas alegres en casa:
sin adornos, ni artificios, con la frescura del agua que se derrama,
hontanar cristalino, siempre arroyuelo, nunca cascada.

Algunas veces cuando te pienso imagino tu voz reafirmando:

“Camina despacio, sin perder el norte, sin trancar el paso
sin dolerte de ti ni olvidar ni pasar por alto
a quienes al lado del camino caminaron a tu lado,
desbrozaron senderos, abrieron veredas, te dieron la mano.

Y si al final no llegaras a ninguna parte, no hubiera sendero
ni valle, ni senda, ni cuesta, ni colina, ni altozano,
en la última curva de la última recta, del último paso
sabes que yo sí, yo te estaré esperando.”