domingo, 26 de septiembre de 2010

Mañana de Otoño

Y entonces, tan sencillamente decirse como pájaro
En otoño de aire ligero y esquivo; no darse
A la artificial mentira de bosques inexistentes,
Ni explicar extrañas visiones en la niebla del Tiempo;
Ah, no, todo más pequeño, más nimio, más leve;
Como si un tica-tac fuera el culpable del poema;
Mientras miramos el mediodía crecer hacia la luz,
La luz serena de la mañana que nace para nosotros,
Y regresan las palabras ya acostumbradas a la cita.