lunes, 5 de abril de 2010

Silueta y espejo.

Déjame tu sonrisa en esta primavera larga...
Leve e indecisa, trémula de aire bueno,
Apenas esbozo de almendros que se abren,
Manos que esperan, voz que balbucea.

Mirada aún no detenida en la suavidad de la tarde,
A punto de rasgarse si alguien hiere mágico hechizo,
Te ríen los ojos aunque no te vea: como la luz de luna
Que te acaricia de noche aunque no la veas.

Déjame tu sonrisa en esta primavera larga...
Refléjame en la silueta como espejo de agua.

4 comentarios:

Amando Carabias dijo...

Preciso y precioso poema que desenmascara, como tantas veces, la ternura de tu corazón.

Mercedes Pinto dijo...

Qué hermosa manera de pedir una sonrisa. ¿Quién podría negarse?
Tienes un espacio muy bello y lleno de sensibilidad.
Creo que pronto te llegará mi libro. Espero que lo disfrutes y que me cuentes qué tal te pareció.
Hoy he quedado con Isolda para almorzar, ya sabes te he conocido a través de ella, y me alegro.
volveré, hasta pronto.
Un abrazo.

Isolda Wagner dijo...

Te lo dije una vez, hay sitios en que una no se atreve a entrar, como le dijiste a María el otro día. Parece una violación de la intimidad, pero como hay quienes me preceden, sólo puedo decirte que te mereces muchas sonrisas, aunque sólo sea por escribir estos versos.
Evidente, hoy, besos con sonrisas.

catherine dijo...

me sonríen los ojos al leerte. Te dejo muchas sonrisas de primavera.