No hay nadie.
Nadie en las avenidas de la luz.
Siembra de ceniza en la mañana.
Altivas las sombras instauran su reinado.
Se han marchado los vencejos.
Cuervos triunfantes asesinan el paisaje.
¡Qué gran victoria para los alabarderos!...
Las sentencias disparatan la libertad
ametrallando la palabra
vencida bajo un alud de chorreante olvido.
sábado, 26 de septiembre de 2009
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