Alejarse.
Mirando con gesto ceñudo, los que saben,
Los que dictan normas, discursos, pensares,
Me adoctrinan para que escriba:
Sobre la paz, sobre el hambre, sobre la guerra.
Sobre la injusticia, los desheredados, los humildes.
Me niegan saludo y sonrisa y palmada en el hombro;
Como irreductibles de mi sonrisa abierta y franca.
Agacho la cabeza por tanto y emigro, en barco,
Barcaza, lancha o barquichuela rota entre peñascos,
A manera de malhadado poeta más necesario que yo,
Remo mi vida pequeña y ligera, entre naufragios construida,
Murallas y acantilados donde solo sobreviven alcotanes.
Y lanzo al agua mis poemas que no hablan de la paz,
Ni del hambre, ni de los humildes, desheredados,
Mientras ellos, los que saben, arrugan el entrecejo
Delante del inmigrante que pide en la esquina de su calle
Porque les estorba el paso ligero y vivaz al portal de su
casa.
1 comentario:
¡Rema tu vida! ¡Aléjate de los naufragos! sin olvidarte de el de la esquina.
Me parece que sabes mirar y decir, sin gesto ceñudo.
Publicar un comentario