martes, 17 de agosto de 2010

Silencio inútil

(Dedicado )


El silencio forzado, el espeso silencio
Ni drena ni fluye ni calma.
Solo se revuelve contra un horizonte de gritos
Y evita actos, decisiones, asentimientos,
Luz y medida.
El silencio forzado, reptil con pústulas
Asesina la posibilidad de decirnos
Viola las fronteras del espanto;
No cauteriza.

Cuando su escándalo nos llega, tronando,
Hay que abrir todas las ventanas
Y decir que No.

4 comentarios:

Isolda Wagner dijo...

Es tristísimo desesperado casi, pero ¡tan bien escrito!, ¡tan bien llorado!, ¡tan bien sufrido! que contagia y emociona.
Y no estás sola, Alena, que mis besos te hagan compañía.

Amando Carabias dijo...

El silencio forzado fuerza a la muerte y a la desesperación.

catherine dijo...

Silenciar es lo peor que se puede hacer. No resuelve nada.

Maria Sangüesa dijo...

Este poema, querida Alena, me ha tocado de forma muy directa. El silencio impuesto, aunque sea por una misma, el el grito más desgarrador que existe... es el grito de la soledad interior que te hace sentir que la palabra es inútil en la inmensa desolación de tu ser, de ese ser que no muestras, de ése que sabes que eres, y que lo eres, pero tan sólo para ti misma, porque los demás no alcanzan a llegar hasta allí, porque no saben, porque no pueden... Un gran abrazo.