sábado, 13 de febrero de 2010

Tres Monedas en la Fontana


Como un sueño lejano que se tuviera una noche, o como un deseo que no se pudiera decir; como una esperanza pequeñita y de colores, como un pájaro que quisiera volar...

Así, la tarde apenas acabando el verano, me esperaba tan lejos de casa, para lanzar tal un guijarro perdido, igual que mis ojos cerrados, aquellas tres monedas en la Fontana de Trevi...

Roma; ay Roma, si tú supieras, ¿o ya sabías entonces?, que quien llegaba venía de tan lejos hacia tu fuente para solo pedirte tres deseos, como quien peregrina detrás de los imposibles...

¿Quién te llevará, Roma, Fuente donde jugué a imaginar que cumplías secretos, quién te llevará esta carta volandera, como un ave con las alas abiertas, para decirte que las tres monedas en el agua dijeron que sí?...

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2 comentarios:

Amando Carabias dijo...

Pues este infinito de las ondas, será el encargado de hacer llegar tu voz hasta la ciudad eterna.
Y estoy seguro de que ella, Roma, la incombustible aún en sus incendios lo sabía, pues su sí se produjo en el instante en que chapoteó cada moneda...
Por lo demás, enhorabuena.

Isolda Wagner dijo...

Me encanta oírte. Y los deseos se cumplieron, ¿qué más puedes pedir?
Besos como verdaderas monedas, que puedas ir lanzado según lo desees.