domingo, 28 de febrero de 2010

Dones Cotidianos

Si no fuera por las rosas, las nubes azules, el mar en calma,
Si no fuera por el horizonte de trigales miniados por el viento,
Si no fuera por las luces encendidas de las viejas chimeneas,
Por las ventanas iluminadas en las tardes del invierno largo,
Por los amaneceres lentos del café pausado y el aroma del pan,
Por las tardes tranquilas mientras se muere el sol en los tejados
Y caminan las gentes y las vemos y miramos al trasluz su paso,
Por las farolas de la noche encendiendo esquinas donde pasa
El perro del vecino, la mujer del capazo, el viejecito del cigarro,
Por las faldas al vuelo de cada primavera y los brazos al aire
De las eternas adolescentes presuntuosas de su cuerpo aún grácil,
Y los torsos desnudos de los muchachos siempre los mismos
Que transitan y ríen y cantan y alborotan porque la juventud
Ah, la juventud es siempre donaire y presteza y ventura.

Si no fuera por esos pájaros que aletean en la plaza, antes
De beber en la fuentecilla y saciarse y dorarse al sol lento,
Frío sol de este invierno de nieve y ventisca y lluvia,
Si no fuera por la vida, como un cántico o un presagio,
Afirmación hacia lo alto de verticales certidumbres en sosiego;
Vivir es ser cada día, cada instante, cada minutero, totalidad
Del mundo contenida en esta calma que atraviesa el domingo
Para donarme los dones cotidianos del crecer en síes
En tanto el mundo me habita y yo me entrego y lo alzo.


Escuchar aquí.

8 comentarios:

Isolda Wagner dijo...

Si no fuera por estas maravillosas entradas que alteran dulcemente el sosiego de un domingo...
En los versos impones la calma necesaria, igual que en tu voz.
Besos, que también son dones cotidianos.

Amando Carabias dijo...

Inmenso cántico a la vida, a la serenidad, a la certeza sencilla de que formamos parte de de un todo que nos contiene y nos supera, pero que sin nosotros tampoco sería como es, aunque no nos demmos cuenta.
Y, además, como dices tan hermosamente, sólo en la sencillez de lo cotidiano se comprende verdad tan alta y tan honda.

Elena Casero dijo...

Más razón que un santo sí que tienes.
Si no fuera por tantas cosas como las que has dicho.

Muchos besos.

catherine dijo...

Alena, gracias por DECIR el poema para nosotros. Oìa el sonido de tu voz antes de darme cuenta que se podìa oìr de verdad! Acabo de hablar de cesped que enverdece, de pàjaros que cantan, de milagros, con menos talento pero con la misma serenidad.

cauchil dijo...

Desmenuzas el pan de cada día, lo que está a mano, la distancia corta, lo que está ahí y a veces no notamos. La serenidad se eleva con un final afirmativo, sin condiciones.

Maria Sangüesa dijo...

Qué sosiego tan hondo al leer tus palabras. Muchos besos, desde lo sencillamente cotidiano.

CARLA BRUNI dijo...

Tropecé por casualidad con tus Rosas, y me gustó mucho, no me fijé que eras tú después de taaaaanto tiempo, pero para ver quien era su autor, me tropecé contigo, y sentí alegría, algo que me gusta y veo, es de alguien que hace , eso, tiempo, un dia nos tropezamos. Un Saludo Alena, espero que todo te vaya muy bien. :))))),Carla

CARLA BRUNI dijo...

Hola Alena, Vi un Poema tuyo que me gustó muchisimo, sin saber el autor y al buscarlo me encuentro que eres tú, precioso poema...sino fuera por las Rosas, por las Nubes, y me alegro que después de muucho tiempo te vuelva a encontrar, Besos Alena, Carla