miércoles, 27 de enero de 2010

Donde ya no.

Esta noche he regresado donde ya no. Donde nunca más. Donde piedra y camino. Donde quizás perdón pero jamás olvido.
¡Ah, sonreís ¡... sois capaces de la sonrisa. A través de los años, el tiempo, la vida, sois capaces de la sonrisa.
Helasteis mi corazón entonces. Y sonreís. No recordáis. No hay memoria. Ni tiempo para las heridas.
Nunca fueron vuestras.
Solo con una palabra, con un desvío de la mirada, con un silencio, instaurasteis el ya no en mi vida. Hasta ser solo esta fotografía donde yo no estaré jamás.
Porque nunca se olvida lo que asesina la infancia.




5 comentarios:

catherine dijo...

I believe in yesterday pero mañana es otro día.

Amando Carabias dijo...

Cuando un gesto rasga el alma, la cicatriz siempre está, como un grito, a la hora de mirarnos al espejo del recuerdo.

Isolda Wagner dijo...

De acuerdo en que nunca se olvida lo que asesina la infancia. De hecho, para mí es el pecado mayor que existe: dañar a un niño en el alma o en el cuerpo.
Perdono todo, menos esto.
Pon tu mirada de adulta a trabajar y escribe como sueles hacer.
Besos que alivien las heridas.

Flamenco Rojo dijo...

Solo una palabra es posible: Nohayperdonparaquienmaltrateaunniño.

Odiseo de Saturnalia dijo...

Rompe el espejo del recuerdo y verás el cristal del presente...