jueves, 14 de enero de 2010

Canción Inútil de la Desesperanza.

Esta facilidad de escribir desde aquí;
Desde aquí donde no duele, no quema, no mancha,
Desde aquí donde no sangra, no salpica, no acobarda,
No asusta, no hiere, no amedrenta, no mata.

Esta facilidad del poeta de escribirlo aquí
Con las manos limpias, sin el miedo en la cara,
Sin los rostros de la muerte, con el cristal de pantalla
Estómago satisfecho de hacer un poema – oh, el testimonio-
¡qué valor hay que tener para ser tan miserable!...
Y después tomar el ascensor, fumar el pitillo, llegar a casa.

Esta facilidad de apropiarse el dolor ajeno, la miseria,
La pobreza, la muerte, las balas, la falta de libertad,
Todas esas grandes palabras que los sin nombre no leen,
No escuchan, no encuentran, no conocen, no hablan.

Esta augusta condescendencia miserable del descenso
Sin saber que el infierno no es el nuestro,
Nunca lo fue, no lo será, no nos pertenece...
Y lo contamos, solemnes, falsos, trágicos,
Adoloridamente analógicos, para cenar mientras ellos ya han muerto.

Mientras ellos ya han muerto.

En el instante preciso en el que se pone fin al verso,
Mientras suspira el poeta, contento, emocionado,
De haber contribuido a nada en el llanto ajeno.




4 comentarios:

Amando Carabias dijo...

Es verdad, tienes razón... Pero a lo mejor es la única huella que quedará mañana, porque hasta los cadáveres serán polvo.
No servirán de nada nuestros versos, porque habrán dejado de latir sus corazones, porque las parededes de sus miserables viviendas han caído como caen los terrones de azúcar.
Pero mañana alguien podrá intuir aquel dolor, quizá alguien podrá deducir que es necesario evitar tanta injusticia, tanta miseria, tanta pobreza, tanta muerte innecesaria.
(Perdón por la extensión)

catherine dijo...

La palabra francesa tombeau significa tumba y también obra poética o músical de homenaje a un difunto. Es en este último sentido que el comentario de Amando me hace pensar. Se dice que el principio de la civilización fue enterrar a los muertos.

Isolda Wagner dijo...

No será tan inútil, Alena, cuando la has escrito. Nos hace pensar, que es lo importante. Por supuesto tienes razón, pero cada uno tenemos un papel que cumplir. El tuyo es dejar constancia de esa canción de desesperanza, que por cierto es muy buena. Una cosa no quita la otra y no hay porque sentirse culpable.
Besos, mientras ellos ya han muerto...

Elena Casero dijo...

De algo sirve puesto que reflexionamos ante tus palabras.

Y reflexionar, en estos tiempos, nunca está de más.

Besos