miércoles, 7 de octubre de 2009

Lluvia



Desciende esta lluvia, ya otoño convertido en laguna, ya ráfaga sin excusa,
Bajo estas calles de silencio, estas ventanas como poemas desconocidos,
Estas miradas al trasluz de las cortinas, fugacidad de la mirada.

Desciende, se abre, abarca, inunda las manos en ofertorio pagano.
Mirad la ciudad; rota de agua tal cántaro abierto en jardín,
Pasto solo de la tormenta que es su victoria.


Desciende la lluvia en un octubre ensimismado, indeciso, incrédulo:
Quiere la luz aún alzarse a contrapelo, gritar su imperio;
Pero no; enlluviadamente a salvo de voces, escandalera sin fruto,
Llueve como si un pájaro gris estuviera diciendo adiós al verano,
Y el eco es un reverbero en un piano triste.











4 comentarios:

Amando Carabias dijo...

Sí, el otoño ha conquistado el territorio. Le ha costado, la defensa ha sido heroica, pero llegó la lluvia para lavarnos del traqueteo de la vida y para que miremos a través de un cristal sin dioptrías.

Flamenco Rojo dijo...

Habrá llegado por Madrid y por Segovia, por Sevilla nos andamos todavía con los treinta y tantos y más seco que una mojama.

isabel sacristan dijo...

Pura poesía, he quedado mojada de nostalgia.

Raúl dijo...

Alena, recién descubierta la publicación de tu libro "Estampaciones", con los Policarbonados, vengo a saludarte.