viernes, 8 de abril de 2011

Miradas

Con los años, autoconvencido de que sin él yo no soy nada, ladra a cualquier perro que alce los ojos hacia la ventana.


De no ser querido a imprescindible el cielo perruno habita en sus ojos cuando menea el rabo junto a los cristales y gruñe bajito: luego me mira: “¿a que lo he hecho bien?”.

Cuando le digo que sí, se tumba y dormita en jardines del aire.

4 comentarios:

Amando Carabias dijo...

Sí es verdad, en su mirada hay un cielo con dos grandísimas estrellas.

catherine dijo...

Los perros se creen imprescindibles y lo son. Se creen muy fuertes y necesitan nuestra aprobación que les basta para dormitar en su paraíso.

Maria Sangüesa dijo...

Su compañía y su capacidad de dar cariño, su fidelidad a ultranza, les hacen imprescindibles y nos encienden, cada día, estrellas por los rincones de esta cosa indefinible que solemos llamar alma. Mitxi le manda algún lucero a Fermín, espero que le llegue.

kuni dijo...

Fermín hace tiempo que merecía una portada.Es un figura que además sabe posar.