jueves, 3 de febrero de 2011

No se equivocó.

No se equivocó la paloma, no. Sabía los porqués y las razones y los sin sentidos, y las maneras de decir. No. No se equivocó.
Y sin embargo sabe también que ya no llega el mar hasta la playa.
El mar que era un regalo y cantaba. Olas de aire y arena en sus ojos. Volver a escuchar el rumor al atardecer; ilumina con tu vida un verano.
No se equivocó la paloma, no. Pero resbala lejano un eco de Brel, donde ella sabe que no está.
Y la música no es para ella.
Déjalo transitar esquivo y que con su rumor se vayan los años como un oleaje sordo que tuviera caracolas y presencias y el azul.
Y unos ojos que miraban más dentro; hacia la luz.
No se equivocó la paloma, no, pero a veces llueve.

5 comentarios:

Amando Carabias dijo...

Hermoso.

Maria Sangüesa dijo...

Precioso.

catherine dijo...

hermoso y precioso, sí , y también muy marinero.
Mirar la luz dentro a pesar de la lluvia...

Isolda Wagner dijo...

¿Qué te digo Alena? He venido varias veces y no me salen palabras. Solo siento, como los demás: precioso, pero a veces llueve.
Besos siempre.

Pilar Moreno Wallace dijo...

La lluvia: en ella me refugio. Siempre me concede tiempo.