jueves, 14 de octubre de 2010

Desencuentro

Ahora, sentadas, copa, zumo, vaho, cigarro...
Me lo cuentas, sí, es tan importante, tan ineludible,
Todo eso, el marido inútil, o la amiga inexperta,
O los hijos que te traen a mal traer, dices, ah, los hijos,
Esos flor de un día de sexo apasionado, cuando eso era importante,
Los que nunca tuve, alivio suspiro alivio pienso, los hijos,
O el tedio, dije, dijiste, ellos dijeron, pero ya tú sabes, no es cierto,
Yo nunca, yo ya lo sabes, ella no supo, yo no dije, ellos siempre ellos,
Dijeron, sí, y lo repites; o años de carencias afectivas, claro, sí,
También puede ser eso, y los azules se alejan, ojos de niebla,
Y escucho, escucho, escucho, oído atento, media sonrisa, cierto,
Pero oh no, evítalo si puedes, si pudieras, solo te ruego, no el gesto,
No la mirada primero y más adelante me cojas la mano como
Un asidero, mástil o quilla de barca, mientras te resbala la paz
Por tus ojos grises a los que no, definitivamente no me adhiero.

3 comentarios:

Amando Carabias dijo...

Estamos demasiado acostumbrados a que los hijos no sean una razón, sino una excusa o un escudo, a veces un misil.

catherine dijo...

Verter su sentimiento de fracaso en una amiga que escucha, escucha y oye y que quisiera que el relato se acabe pero se encuentra agarrada, sí puede conducir al desencuentro.
Creo que ya hablaste de este tema, aquí lo haces de manera magistral, "los ojos azules se alejan, ojos de niebla...ojos grises."

Isolda Wagner dijo...

Me olvido del título, hoy me puede más el relato en sí, me parece un ejercicio literario de altos vuelos; lo he releído varias veces y digo lo mismo, me ha gustado ese enlace de versos y verbos.
Y me quedo con el asidero, mástil o quilla de barca, mientras te resbala la paz,por tus ojos...
Muchos besos.