miércoles, 4 de agosto de 2010

Residuos.

Soñaban entre las brumas de un futuro incierto
Que un día serían distintos a todos ellos.
Tendrían el alma llena de canciones como banderas
Y las manos generosas abiertas a la Tierra.
Tendrían un amor y una casa con palomas
Y un refugio junto al mar y una noche estrellada
Y cientos de amigos fieles y guitarras y caminos
Y afectos que regalar a cualquiera y libros.

Nunca llevarían corbata ni chaqueta ni galas
Ni irían a las bodas de los mejores amigos
Ni se casarían con el chantaje ni la usura
Ni la mala fe ni la canallada ni el desatino.

Y crecieron naturalmente y creció la desmemoria
La buena imagen, la desbandada, la conveniencia
El traje de chaqueta, la corbata, la imagen planchadita
Y todos los deseables y gratísimos olvidos.

Iban a ser geniales y se quedaron en el residuo
Del ayer que no reconocen haber sido.

4 comentarios:

catherine dijo...

otro sueño que se acaba en desilusión, sin siquiera querer acordarse de este sueño.
Un poema alegre al principio que deja un sabor amargo.

Amando Carabias dijo...

¿Cómo llegamos a ser tan estúpidos?
¿Cómo es posible que el personal se cargue los sueños por una corbata?

El poema es de una sonoridad y una musicalidad que funciona de modo que mece al lector en un mundo que parece de ensueño, y concluye en lo que concluye: "Del ayer que no reconoces haber sido".

Isolda Wagner dijo...

Iban a ser geniales y no llegaron a tanto. Ahí te doy a razón, Alena.
En cuanto a las dos prmeras estrofas, magníficas por cierto, como todo el poema y, aunque pueda parecer pedantería, he procurado cumplirlo y soy feliz por ello. Y seguiré en el empeño, aunque como bien dices, con deseables y gratísimos olvidos.
Besos con hermosos recuerdos.

Maria Sangüesa dijo...

Tan real como la vida que nos empuja y nos rodea... los sueños suelen acabarse con los trabajos en bancas y multinacionales, por ejemplo, aunque hay un amplio abanico de empleos que socavan los antiguos ideales e idearios... que nunca se apaguen los nuestros.