jueves, 24 de diciembre de 2009

La playa.


En la playa ya no están las huellas en la arena. Se las llevó el mar el último día de aquel verano.
Cuando regresé dibujé tu nombre.

Nada era lo mismo.
Al alejarme, supe que escribirlo no restauraba tus pasos.
Esos pasos tan breves que descansaban en el banco del paseo; al lado de las gaviotas.
Allí también les dábamos miguitas de pan.
Cómo llueven todos los septiembres sobre el mar de mis veranos en este invierno largo...


2 comentarios:

Amando Carabias dijo...

Hoy, especialmente echo tanto de menos el Mar. Hoy especialmente, cuando el Cantábrico tendría que enviarme su mensaje anual. Hoy especialmente también sé que las huellas, aunque desaparezcan nunca nos abandonan.

Isolda Wagner dijo...

Agradezco tus músicas, que son las nuestras. Pienso en las cosas comunes que hemos descubierto.
Besos desde mi mar para unos días felices.