domingo, 30 de agosto de 2009

Jardín Cerrado

Ese jardín cerrado. Ese lento devenir de la tarde. Recoleto en olvido solo para sí mismo. Ausente y en silencio. Hueco y suspenso.




Nacerán historias de la cadencia del aire.
Pero no lo sabrás.
Son suyas.
De ese jardín interior a quien miras sin que te permita entrar.










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1 comentario:

Amando Carabias dijo...

Un jardín cerrado siempre me ha parecido una frontera de difícil explicación, pero entiendo que haya seres inteligentes que organicen sus patios interiores como pequeños vergeles. ¿Cuántos interiores son vergeles, cuántos patios, cuántos meros almacenes de polvo insensible?