Soñaban entre las brumas de un futuro incierto
Que un día serían distintos a todos ellos.
Tendrían el alma llena de canciones como banderas
Y las manos generosas abiertas a la Tierra.
Tendrían un amor y una casa con palomas
Y un refugio junto al mar y una noche estrellada
Y cientos de amigos fieles y guitarras y caminos
Y afectos que regalar a cualquiera y libros.
Nunca llevarían corbata ni chaqueta ni galas
Ni irían a las bodas de los mejores amigos
Ni se casarían con el chantaje ni la usura
Ni la mala fe ni la canallada ni el desatino.
Y crecieron naturalmente y creció la desmemoria
La buena imagen, la desbandada, la conveniencia
El traje de chaqueta, la corbata, la imagen planchadita
Y todos los deseables y gratísimos olvidos.
Iban a ser geniales y se quedaron en el residuo
Del ayer que no reconocen haber sido.
miércoles, 4 de agosto de 2010
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4 comentarios:
otro sueño que se acaba en desilusión, sin siquiera querer acordarse de este sueño.
Un poema alegre al principio que deja un sabor amargo.
¿Cómo llegamos a ser tan estúpidos?
¿Cómo es posible que el personal se cargue los sueños por una corbata?
El poema es de una sonoridad y una musicalidad que funciona de modo que mece al lector en un mundo que parece de ensueño, y concluye en lo que concluye: "Del ayer que no reconoces haber sido".
Iban a ser geniales y no llegaron a tanto. Ahí te doy a razón, Alena.
En cuanto a las dos prmeras estrofas, magníficas por cierto, como todo el poema y, aunque pueda parecer pedantería, he procurado cumplirlo y soy feliz por ello. Y seguiré en el empeño, aunque como bien dices, con deseables y gratísimos olvidos.
Besos con hermosos recuerdos.
Tan real como la vida que nos empuja y nos rodea... los sueños suelen acabarse con los trabajos en bancas y multinacionales, por ejemplo, aunque hay un amplio abanico de empleos que socavan los antiguos ideales e idearios... que nunca se apaguen los nuestros.
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