Los ojos del verano como lagos donde el sueño se aquieta
Se abren para ver las estrellas.
Ah, plenitud del aire, la luz como un espejo,
Jardín de la noche que esplende
Miriadas de susurros tal concierto.
Aroma de azahar y espliego.
Por la calle que ya casi duerme mis pasos en paz y silencio.
lunes, 12 de julio de 2010
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4 comentarios:
Qué suerte ser lago aquietado para poder mirar las estrellas.
Así siento yo en mi piel los ojos del verano, como tú lo cuentas; pero hubiese sido incapaz de contarlo con tanta magia en tan pocas palabras.
Hermoso texto.
Un abrazo.
¿Y para qué está la noche, sino para recoger miríadas de susurros en concierto?
Me ha encantado, Alena.
Besos.
Encantada también por este relato poético de la quietud de la noche de verano con sus estrellas y sus susurros.
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