Sería indigno de ti el recuerdo si fuera triste
Aunque sobre las ausencias lleve todos los besos escritos
En esta luna de marzo.
Sería mezquino y endeble el recuerdo si fuera dolor
Para tu corazón de roble desafiando las tormentas,
A pesar de la nieve caída.
Sería mortecino el recuerdo si fuera gris,
Para tus ojos de luz encendiendo la noche
A pesar de la muerte.
Es por eso que grabo tu nombre en la arena
Con el mismo yunque que labraste día a día
La fortaleza que hay en mí para recordarte.
Es por eso que levanto la mirada y percibo
Un cielo azul sonoro y eterno
Que te recuerda en cada estrella que me diste.
Es por eso que levanto la alegría como un regalo
Donación o estandarte que me entregaste
Para cuando tú, precisamente, no estuvieras.
viernes, 25 de marzo de 2011
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3 comentarios:
Para mí... marzo también es recuerdo, luna... y muerte.
Perdona por comentarlo.
Hay algo hondísimo que tiembla en estos versos, como un pajarillo fuera del nido; y sin embargo, en esa misma hondura late la determinación férrea de la esperanza en lo que importa.
Los que me preceden han resumido lo que te hubiera escrito; los dos...
Besos siempre, Alena.
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