Se dormía la sierra en el rasgueo del agua...
Y la bruma, la niebla, bordeando siluetas...
Y la calle, la gente, cenefas de un cuadro;
Boceto en gris para un concierto de silencio.
Como olas armónicas en la calle vacía.
Las manos del aire llevaban pájaros preñados de lluvia.
sábado, 17 de abril de 2010
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2 comentarios:
Aquí fue la tarde, y era plata también la ciudad de oro, y el agua era tanta y tan clara que parecía de Asturias, de tan trasparente.
Qué música interna, Alena, es precioso, parece también una pintura, un reflejo en el agua, quizá una acuarela... me ha encantado. Un abrazo.
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