Se ha venido el perfume endulzado de la tarde;
Súbito y breve, en tornasol de luces vespertinas,
Presagio o júbilo, anuncio vesperal del día,
Zumeando en arriates vencidos del invierno,
Haciendo tiritar magnolios a punto del fruto.
Como un difuso tintineo sordo apenas audible,
Entre luces iniciando ventanas de la noche
Acompasado a estrellas titilando en la claror,
Aroma a espliego; jazmín y vértigo.
Ya será marzo cumplido cuando esplenda,
Alzado sobre la victoria presentida;
Hoy aún –sí, tan leve- es un bosquejo
Una silueta de limón y frambuesa
Entre los almendros que sueñan flores.
viernes, 19 de marzo de 2010
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2 comentarios:
Disfruto de tu precioso poema y de ese vídeo impresionante.
Que no es poco.
Besos como flores.
Ya, ya está aquí. Pero sólo la sienten almas tan sensibles como la tuya que ve más allá del sonido de las yemas de los árboles que viajan hacia el viento.
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