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La piel de siglos ya conoce los signos...
Las grietas, rozaduras, rasguños apenas.
Apenas visibles, imperceptibles...
Ni siquiera duelen, se inventa la excusa...
Y en el jardín recoleto, olvidado, dormido
Llueve sobre mojado.
Hasta que una noche sin viento
Se advierte latiendo la cicatriz.
Y se anegan las dulcísimas hojas de la hiedra.
2 comentarios:
Parece que nunca pasa nada. Una leve herida, un gesto descuidado, un olvido involuntario. No sé. Rasguños que al final rompen.
Qué descripción poética de la hiedra, me gusta mucho.
El tango, bello y trise, como debe ser.
Me ha recordado la portada de La Casa de Alena.
Te dejo un regalito, es una mera asociación de ideas.
http://www.youtube.com/watch?v=be3MLTgwfzo
La calidad del vídeo no es buena, pero todos ellos son maravillosos.
Besos sin cicatrices.
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